TU NO ME ENTIENDES- Comentarios basados en la lectura del libro homónimo de Deborah Tannen- ¿Por qué es tan difícil el diálogo hombre-mujer?

Las diferencias conversacionales entre hombres y mujeres se basan, en cierto sentido, en que  el hombre tiene un pensamiento más lineal y las mujeres un pensamiento más emocional y desde de allí se vuelcan estos a las conversaciones.

Como en todo proceso comunicativo existe una brecha entre lo que uno dice y el otro escucha e interpreta. Esta brecha puede ser más o menos larga en función de las capacidades lingüísticas y emocionales de los intervinientes en la conversación y de la empatía que se genere en la misma.

Es real que hay personas (hombres y mujeres) que lamentablemente aún creen que el sexo femenino no tiene el mismo derecho a expresarse que los varones, ni acceder a los mismos puestos, aunque  también hay otras  culturas que pueden llegar a considerar a una mujer en una condición de mayor vulnerabilidad que la del hombre y que, desde mi perspectiva, esto no tiene que ver con el hecho de menospreciarla, sino más bien con cuidarla, sin que esto signifique desdeñarla.

Es interesante ver la forma en que los géneros se van relacionando y expresando. Lo que muchas veces hace que las interpretaciones de uno u otro nos separen más que unirnos.

Ver que las mujeres buscan vínculos para poder expresarse mejor y que los hombres somos más de sobresalir, de competir no es una novedad. Lo que sí me llamó mucho la atención, y no me había detenido en el análisis, es la forma en que interactuamos en diferentes ámbitos según estas maneras de ser.

Cuando la autora comenta que los hombres son, por la general, los primeros en hablar en reuniones públicas comencé a buscar este tipo de situaciones a ver qué tan cierta era esta afirmación (por más que la misma se apoya en estudios estadísticos). Mi conclusión fue que estaba en lo cierto.

Analizando el comportamiento de mis alumnos y colaboradores pude notar que son los varones los que primero toman la palabra y hasta se interrumpen entre ellos para demostrar que tienen la razón cuando hablan. Muchas veces buscan la confrontación, incluso cuando nadie les haya hecho frente por lo que han dicho. Como una manera de auto determinarse.

En cambio las mujeres son más calmas y esperan la oportunidad para hablar y hasta, a veces, hacerlo después de una reunión o clase, para no confrontar públicamente con la opinión de otro/a.

Obviamente, que como dice la autora, no es del todo bueno generalizar, ya que  existen hombres callados y mujeres más avasallantes, lo que no quita que estos ejemplos dejen de tener valor para entender el comportamiento de uno u otro grupo.

Veo de suma utilidad los conceptos vertidos para nuestra profesión ya que para entender a nuestro cliente es preciso ponerse en sus zapatos y decodificar porqué dice lo que dice y desde dónde lo dice. Y así, y con estas distinciones, vemos que posiblemente no es “escuchada” la misma frase desde la óptica femenina que desde la masculina.

Entendiendo esto es que el coach puede plantear una forma distinta de llevar la sesión y la relación con su cliente (varón o mujer).

Por otro lado, a modo personal, a medida que lo iba leyendo (me llevó algunas semanas) puede ir analizando más mi relación con mis pares, amigos, colegas y familiares del sexo opuesto.

Hubo momentos en que me encontraba pensando de qué manera transmitir mejor lo que quería decir para que la otra persona entendiera lo que realmente deseaba y, por otro lado, decodificar porqué me decían lo que me decían y porqué me lo decían de una u otra manera. ¿Por qué daban vueltas sobre frases y no iban al grano? ¿Por qué sus afirmaciones tenían más tono de pregunta que una aseveración?

Ahora bien, no solo me sirvió para tratar con el otro sexo, sino también con mis amigos, colegas y compañeros  varones. Fue muy interesante encontrarme en medio de una discusión utilizando recursos para tranquilizar a las partes previo análisis de sus palabras y gestos durante la misma. Tratar de expresar lo que quería transmitir sin necesidad de que sea una pulseada donde solo puede haber un ganador. Que no hay vencedores ni vencidos, sino personas dialogando y poniéndose de acuerdo sobre un problema.

Sería interesante poder ampliar el análisis sobre las diferencias lingüísticas en distintas culturas y no solo la occidental. Es bueno entender un poco más como se relacionan conversacionalmente los sexos en la cultura oriental o musulmana por ejemplo y hacer un paralelismo con los occidentales. Uno nunca sabe cuándo puede tener la oportunidad de trabajar con personas de otras latitudes y creo que este tipo de información sumaría mucho al momento de interactuar.

Concluyo entonces  que a medida que más entendemos el observador que es nuestro interlocutor, en cualquier ámbito, la conversación es más fluida (y digo fluida, no más simple).

Y vos, cómo te comunicas con el sexo opuesto?

¡Gracias por leer!

Diego Marshall

Trainer Coach

EL DESAFÍO DE ENRIQUECER EL LENGUAJE PARA EXPRESAR PENSAMIENTOS Y EMOCIONES

Para hablar, los jóvenes utilizan sólo 240 palabras.

Es un 25% de lo usual. Lo asegura un estudio de la Academia del lenguaje. Hay especialistas que lo ven como un peligro, pero hay otros que afirman que eso no implica riesgo alguno (https://www.clarin.com/sociedad/hablar-jovenes-utilizan-solo-palabras_0_SkLbgZYhv7l.html)

Esta noticia llamó muchísimo mi atención y por eso comencé a investigar si esto es poco es mucho.

Si lo comparamos con la cantidad de palabras que hay en el diccionario, el de la RAE contiene 88.000, parecería que no es buen indicio.

Podríamos acordar que no son necesariamente usadas estas 88.000 palabras y que muchas de ellas son sinónimos que serían fácilmente reemplazables. Aun así, si consensuáramos  ésto, cuántas palabras quedarían de utilidad? Unas 20.000? Seguimos estando muy lejos, no?

¿Pero por qué esto es importante?. Bueno, desde el Coaching Ontológico decimos que los hombres nos creamos en y a través del lenguaje. Que con el mismo creamos realidades.

¿Qué quiere decir esto? Que todo lo que el hombre dice le abre o cierra posibilidades y así es como construye su mundo. Una palabra bien usada puede abrirte nuevas puertas y vicerversa.

Por eso, mientras más nutrido sea nuestro lenguaje mayor es la posibilidad de comunicarnos, expresarnos y crear nuevas realidades.

Esta estadística adquirió sentido para mí también al pensar por qué a veces a alguno de nosotros nos cuesta poner en palabra, más allá de la emocionalidad propia del momento, lo que estamos sintiendo.

Es decir,  muchas veces he conversado con gente que no puede determinar si está enojado, odia o simplemente no le interesa algo. Y esto no porque no entienda lo que sienten, sino porque no lo pueden expresar con palabras. Porque sus recursos son tan escasos que usan una misma palabra para identificar cosas que pueden distar diametralmente en su significado. Y esto les genera frustración y hasta ira.

Podemos ver ejemplos cotidianos en las noticias. He visto en la televisión  como una mamá, enojada con una docente, solo era capaz de propinar insultos a la misma y  cuando esta última se acercaba a dialogar, la primera (impotente a través de la palabra), solo atinaba a querer pegarle. Sus recursos comunicacionales se habían extinguido y solo le quedaba o quedarse callada o defenderse  a lo que ella consideraba agresión,  a través de la fuerza.

No pienso, desde mi observador, a la Palabra como un DON. Sino que más bien como un derecho y una obligación. Un derecho del Hombre a aprender cómo comunicarse asertivamente (expresando  nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás), pero también como una obligación para construir una sociedad más humana y civilizada.

Esta construcción y reconstrucción del lenguaje depende mucho del Estado y de las Instituciones Educativas, pero también, y sobre todo, de la Familia y los incentivos que podamos darle a nuestros hijos para que adquieran la vocación por la lectura y la investigación de lo que desconocen.

Si solo les damos a ver videos o programas televisivos para mantenerlos entretenidos y que no nos molesten mientras hacemos otras cosas,  estamos criando personas que muy probablemente les costará comunicarse y entenderse a sí mismos.

Las conversaciones  en el entorno familiar, sin agresiones, pero desafiantes ayudan a la creatividad y la formación de seres humanos  más pensantes y emocionalmente más inteligentes.

Te invito a reflexionar cómo creas y te creas a través de lo que dices.

Muchas gracias por leer!

Diego Marshall

Trainer Coach

COACHING EDUCATIVO: LA IMPORTANCIA DEL PARA QUÉ ESTUDIAR

La responsabilidad en los estudiantes se origina si se puede vincular lo que estamos aprendiendo con las necesidades para aplicarlo en nuestras vidas. Como docentes debemos mostrarle al alumno cómo lo que estamos viendo lo puede usar en su vida y la importancia de ésto.

Los centros educativos deberían poder transmitir a los alumnos que en su institución no solo aprenderán la teoría, sino el saber hacer y cómo este puede ser aplicado en la vida misma.

La motivación intrínseca (la que nos generamos nosotros mismos) está relacionada con la búsqueda de cumplir nuestros objetivos o intereses. Y la extrínseca (la que recibimos del medio), sino está relacionada con lo que esperamos recibir termina con la falta de compromiso e interés, en este caso, con continuar una formación, carrera o curso. Por eso es necesario que el docente conozca a sus alumnos y qué los motiva para poder entregarles lo que buscan y así mantenerlos interesados.

Para capitalizar los aprendizajes adquiridos fuera de la escuela creo que la mejor manera es mostrando cómo cada tema que desarrollamos puede impactarle al alumno en su vida y cómo las herramientas desarrolladas le pueden ayudar a abordar ese impacto.

La enseñanza por proyectos de Kilpatrick es una técnica que sostiene que el aprendizaje es más eficaz cuando se basa en experiencias, ya que de esta forma el estudiante es parte del proceso de planificación, producción y comprensión de las mismas.

Dicha técnica se fundamenta en que cualquier trabajo de investigación debe estar basado en los intereses de los alumnos para ser efectivo. Si un estudiante está interesado y motivado por algo, obtendrá mejores resultados.

El objetivo deja de ser únicamente aprender una determinada materia, para comenzar a plantearnos también el proceso para conseguirlo. Democratizar la educación, haciendo partícipes a los niños de la toma de decisiones, contribuyendo a formar ciudadanos involucrados y motivados. Mediante este método, se acaba el estudiar conocimientos impuestos, a los que los alumnos en ocasiones no encuentran el sentido, y que generalmente tampoco son capaces de aplicarlos en la vida real.

Además, esta técnica favorece la interrelación entre estudiantes y profesores, y establece fuertes vínculos de tolerancia entre todos ellos. Se rompen las relaciones de poder verticales, en las que el profesor impone tareas y materias, para funcionar mediante el respeto y la colaboración mutua.

Si bien mi disciplina, Coaching Ontológico,  tiene un alto contenido teórico proveniente de la filosofía, la Ontología del Lenguaje, la PNL y las neurociencias, la práctica y la co-creación con el alumno son básicas para el crecimiento de la relación y del afianzamiento de los conocimientos.

Las discusiones que se llevan adelante en clases se basan en las experiencias, propias y ajenas.

Esto enriquece el aprendizaje tanto del alumno como del docente/coach, lo que a la larga redunda en profesionales mejor preparados.

¿Y vos, cómo motivas a tus estudiantes?

Gracias por leer!

Diego Marshall

Trainer Coach