EL PODER DE LA ACEPTACIÓN

¿Cuántas veces nos hemos enfrascado en luchas donde ya sabíamos que perderíamos?

El ser humano cuenta con una virtud muy importante como el tesón. Esté nos impulsa a intentar y reintentar lograr lo que nos proponemos. Pero cuál es el límite entre el tesón y la tozudez? Cuándo la convicción de no rendirnos se transforma en desesperación por alcanzar algo o por no perderlo?

Algunas veces nuestro cliente nos plantea que quiere lograr tal o cual objetivo. Y que ha realizado  de todo para alcanzarlo. Que está desesperado y que ya no sabe cómo obtenerlo.

Como coaches nuestro trabajo consiste en que nuestro cliente logre, a través de un cambio de observador,  ver SU realidad desde otras ópticas (o reconocer otras realidades)  y de allí plantearse cómo actuar para cambiarla, en el caso que así lo decida.

Bien, pero si después   de algunas charlas y existiendo el reconocimiento que hay cosas que desde nuestro observador “son como son” y que si no nos cambiamos de lugar seguirán siendo de esa manera …. Qué debemos hacer si el cliente decide no correrse?

Creo que aquí es donde es pertinente hablar del “poder de la aceptación” y de la distinción del PERDÓN como herramienta de sanación del ser.

El reconocer que hay cosas que no podemos cambiar muchas veces es doloroso, pero también nos sirve para entender que existen “otras realidades” que con el tiempo y con el aprendizaje adquirido nos pueden ayudar a crecer y a entender que no hemos perdido, sino que hemos escogido otro camino para alcanzar la meta.

Gracias por leer!.

Diego Marshall

Trainer Coach

LAS EMOCIONES EN EL COACHING

Los que alguna vez han oído hablar de Coaching seguro que escucharon que trabaja sobre emociones. He escuchado decir: “te hacen llorar”.

En este sentido quisiera aclarar sobre su abordaje en según la línea de coaching que siga el Coach.

Desde el  Coaching Ontológico  trabajamos sobre el reconocimiento de la Emoción como motor de la acción. Decimos que las emociones no son en sí ni buenas ni malas, sino en función de la valoración que le da la persona en su momento.

Así pues la emoción del Miedo es tildada en general como mala, ya que a algunos los paraliza o provoca inseguridad, pero para otras personas es movilizante en el sentido que  te permite huir de lo que consideras que puede herirte.

En este tipo de coaching indagamos sobre la emoción que nos embarga ante un acontecimiento puntual, de cómo se manifiesta, de cómo la reconocemos, de cómo actuamos ante ella.

No buscamos ser expertos en emociones ni manipularlas sino que el cliente sea consciente de las mismas y cómo habitan en su SER, para que así pueda gestionarlas cuando se presenten.

Cuando digo “Gestionarlas” no es callarla ni  taparla. Las emociones no se callan. Aparecen, existen, son parte de la persona en sí misma. Gestionarlas es saber cuándo aparecen, por qué aparecen y cómo puede utilizarlas a mi favor y no en mi contra ni en contra de mis relaciones.

Pero que esta gestión es  la auto-gestión del cliente, no la gestión de la emoción del cliente por parte del coach o lo que se llama manipulación emocional.

Esto último es muy importante de aclarar, ya que el coach trabaja con su cliente en un desarrollo personal de SER, pero del SER que el cliente es y el SER que el cliente quiere ser.

Para esto es imprescindible descubrirse tal y como es, con sus fortalezas y debilidades. Con sus riquezas y miserias emocionales. Viendo oportunidades y no solo problemas.

Aquí  el Coach debe ser consciente que él solo es un acompañante de este descubrimiento y consciente que el abrir la puerta a la emoción de un cliente provoca la responsabilidad de hacerle un seguimiento y ayudarlo a que explore el cómo gestionarla también. No podemos ser irresponsables de “quebrar” a un cliente y luego “soltarlo como si aquí no ha pasado nada”.

Por favor seamos responsables y éticos con nuestros clientes y ESTEMOS PRESENTES para ellos.

¡Muchas gracias por leer!

Diego Marshall- Teacher Coach

LA NECESIDAD DE TRASCENDER COMO PROPÓSITO DE VIDA

Muchas veces nos preguntamos por qué hacemos todo lo que hacemos o cuál es el porqué de hacerlo.
En un sentido más estricto cuando se nos plantean esas preguntas podemos tener infinitas respuestas. Por ejemplo:
– Por nuestros hijos
– Por nosotros mismos
– Por nuestras carreras
– Por el prójimo
– Por una mezcla de las anteriores
– Etc.
Todas estas respuestas y muchas más considero que están relacionadas. Con qué? Bueno, con la necesidad de trascender.
Ya sea para dejarles algo a nuestros hijos, a los demás o un futuro para nosotros mismo, todo tiene como fin último el deseo de dejar algo a alguien. Llamémoslo legado, nombre, bienes, etc.
Puede ser por puro altruismo o por egoísmo personal, pero toda acción tiene un propósito y en este caso el propósito de trascender muchas veces no está claro en el cliente.
A veces piensa que no sabe por qué trabaja tanto, o por qué “se sacrifica” (a mí me gusta llamarlo esfuerzo). Esos son los momentos de la conversación en los que debemos preguntarle la causa y recordarle que ninguna acción de vida es realizada al azar y que debe haber un por qué. Sabiendo esta respuesta es que podemos seguir trabajando sobre su problema/quiebre y sobre las distintas opciones que puede encontrar para solucionarlo.
Buscar la trascendencia en uno u otro camino no está ni bien ni mal. Es una cualidad humana dejar un legado y no pasar por esta vida sin pena ni gloria. Tal vez no sea siempre a través de una familia. Tal sea a través de un negocio, una asociación o simplemente a modo personal o espiritual.
No olvidemos que la vida sin sentido es lo que lleva a la frustración y falta de interés por todo y todos.
Gracias por leer y excelente fin de semana!

Diego Marshall

LOS QUIEBRES MÚLTIPLES Y SU ABORDAJE EN EL COACHING

Desde la Ontología del Lenguaje un quiebre es una interrupción en el fluir transparente de la vida.
Cuando hablamos de ese fluir transparente hacemos mención a la distinción de transparencia, esta actividad no reflexiva ni pensante, no deliberativa- esta condición donde andamos como en piloto automático.
Ahora, qué pasa cuando se rompe ese piloto automático? Cómo actuamos? Qué hacemos? Cómo lo tomamos? Cómo nos damos cuenta?
Una situación deseada sería reconocer que algo ha cambiado. Que ya no podemos seguir como antes. Ontológicamente sería declarar un quiebre y en función de eso trabajar a modo interno o con un Coach la manera de salir adelante y lograr la situación deseada (sea cual fuere).
Pero hablo de situación deseada porque algunas veces no es tan fácil. A veces recibimos clientes que plantean diferentes y recurrentes quiebres. Es más, muchas veces el individuo ha declarado tantos quiebres que no sabe a ciencia cierta cuál es el problema/ quiebre que desencadenó todos los demás. Una especie del origen del huevo o la gallina podríamos decir.
¿Cómo actuar en estos casos?
Mi recomendación es trabajar principalmente sobre las emociones del cliente. Una situación de insatisfacción puede tener varios orígenes, pero casi siempre se repite un patrón desencadenante, una emoción o estado emocional dominante.
Luego armar un cuadro de situación en los distintos ámbitos de su vida y que él mismo pueda identificar cómo esa emoción se hace presente en cada orden de su ser. Siempre indagando y escuchándolo ampliamente y tratando de lograr con nuestro “cajón de herramientas” que él también se pueda escuchar e identificar lo que lo está perturbando en realidad. Y ahí EUREKA!
Cuando el cliente identifica su QUIEBRE y el porqué del mismo notaremos que el proceso fluye más y que se vuelve más fácil también plantear la meta a alcanzar.
Muchas gracias por leer!

Diego Marshall.-

Alejarse para encontrarse

¿Cuántas veces habremos deseado escaparnos de todo para pensar? ¿Cuántas veces nos dijimos «necesito viajar y cambiar de aire o quiero estar solo y meditar?

El SER humano es un ser social. De eso no hay dudas. Salvo contadas  excepciones (como siempre) nos sentimos bien compartiendo con otras personas. Compartiendo con la familia, con los amigos, con nuestros compañeros de trabajo, etc.

Pero a veces nos damos cuenta que necesitamos algo más. Que además de estar con quienes nos rodean necesitamos encontrarnos a nosotros mismos.

El encontrarse nos posibilita conocernos, apreciarnos, evaluarnos, festejarnos, enojarnos. En fin…. RECONOCERNOS.

¿Y por qué es tan importante conocerse? El conocerse y reconocerse amplia nuestra posibilidad de actuar y gestionarnos ante el mundo.

Desde el Coaching surge el interrogante: ¿Cómo puedo trabajar un quiebre (ontología) o un problema si no conozco el origen?

Y si reconocemos  que cada quiebre habita  en el observador que somos, volvemos al origen: NUESTRO SER.

En el Coaching trabajamos este encuentro entre quienes somos y quienes queremos ser.

Entendemos que para acercar esta brecha debemos pensar, recapacitar, evaluar qué nos está pasando, cuáles son nuestros valores, nuestros NO negociables y nuestras posibilidades. Es así que pueden aparecer estas necesidades de alejarse, de parar, de declarar un BASTA.

Tal vez  sea viajando, meditando, ejercitándonos, leyendo, etc.. Las opciones son muchas y variadas dependiendo de nuestras ganas y posibilidades.

Nunca olvides que el Coach está para acompañarte en este caminos de reconocimiento, pero EL CAMINO ES TUYO. Nadie puede decirte por dónde ir ni qué hacer.

Nadie más que tu debe conocerse para encontrarse y a veces ALEJARSE PARA ENCONTRARSE….

Gracias por Leer!!

Diego Marshall- Teacher Coach