¿SOY CAPAZ, COMPETENTE O ESTOY CALIFICADO?

Solemos escuchar a los jefes, gerentes, selectores o responsables de Recursos Humanos o en la misma calle que tal persona no es capaz para tal o cual puesto, o que no está calificado o que no es competente.

Y al oírlo, a veces, se comienzan a mezclar los conceptos y pareciera que es todo lo mismo. Que de cualquier manera estos “calificativos” solo quieren menospreciar a la persona.

Ahora bien, me gustaría aclarar cada uno y entender mejor de qué hablamos cuando los utilizamos y de cómo podemos o no trabajar sobre ellos en el ser humano y a través del Coaching.

Cuando hablamos de que, por ejemplo Pedro, no está calificado para el puesto de analista de Marketing, solo decimos que no cumple con las características profesionales  particulares que requiere el puesto. Por ejemplo: no tiene un título terciario o universitario acorde al puesto, no conoce de programas de diseños, de comercialización o nunca trabajó en dicha área anteriormente. Esto no significa que Pedro no pueda ser  analista de marketing, sino que debe adquirir esas competencias (aptitud)  si ello es necesario para el puesto y él quiera aplicar al mismo.

Al decir que alguien  es capaz nos referimos a que puede hacer determinada tarea o lograr determinada cosa, que posee las condiciones necesarias para ello y actúa en consecuencia (aptitud), aunque no necesariamente tenga ganas de hacerlo o encarar la labor (actitud)

Siguiendo el ejemplo de Pedro, supongamos que lo capacitan y aprende a manejar programas de diseño y comercialización. Ahora  podrá realizar las tareas que competen al puesto de una manera eficiente, ya que Pedro es muy capaz. Está relacionado con la aptitud (competencia profesional- aprendizaje), pero tal vez a Pedro ya no le interese el puesto por lo cual su actitud ante este nuevo desafío sea diferente.

En Coaching se habla mucho de potenciar capacidades, porque damos por sentado que nuestro cliente es CAPAZ de lograr lo que se propone, lo que no necesariamente significa que esté capacitado ahora mismo, personal o profesionalmente, para hacerlo pero sí tiene la actitud para hacerlo y las calificaciones humanas e intelectuales para trabajar en ese objetivo. Quiere y buscará los recursos que sean necesarios para lograrlo.

Espero les haya servido esta breve explicación y como siempre…

¡Gracias por leer!

Diego Marshall

Trainer Coach

¿QUÉ ME DETIENE A AVANZAR?- ¿Osado o demasiado cauteloso?

¿Alguna vez sentiste que no estabas lo sufientemente calificado para un puesto, o que te faltaba práctica, o que no ibas a poder con un trabajo, tarea o labor?

Tal vez ese miedo te paralizó o a la inversa, osadamente,  te lanzaste al desafío como Rambo o todo un Kamikaze (término japonés utilizado originalmente por los traductores estadounidenses para referirse a los ataques suicidas efectuados por pilotos de una unidad especial perteneciente a la Armada Imperial Japonesa contra embarcaciones de la flota de los Aliados a finales de la Segunda Guerra Mundial ).

Creo que no existe persona que no sienta miedo o inseguridad ante lo nuevo al principio, salvo que seamos totalmente temerarios- (el que acomete una acción peligrosa con valor e imprudencia) siempre hay una vocecita que nos dice:¿ Estás seguro? ¿Estás preparado para esto?

De ahí es que en Coaching hablamos sobre empoderar a nuestro cliente en que sí puede lograr lo que se propone, previamente trabajando profundamente sobre sus potencialidades, sus recursos, sus puntos fuertes y a mejorar, sus creencias, etc.

Pero así y todo, al momento de pasar a la acción, igualmente, suele aparecer esa voz interna que lo hace dudar de él mismo. Nuestra tarea allí es apuntalarlo y  recordarle por todo lo que ha pasado y los obstáculos a los cuales se ha sobrepuesto e instarlo a que pase a la acción.

El acompañamiento del coach no llega solo a la creación de conciencia del cliente, ni al diseño de acciones, sino que va más allá. Va también siempre hacia el compromiso con la acción.

Si el proceso fluyó impecablemente y el cliente “se dio cuenta” de muchas cosas y planteó distintas alternativas y escenarios, pero al final no accionó por motus propio, el proceso está incompleto.

Igualmente, en mi vida profesional,  tengo la posibilidad de conversar con muchos coaches recién recibidos con grandes capacidades que estudian y se preparan cada vez más haciendo cursos y cursos, pero no se animan a “conversar”. A ellos les digo: “su proceso no está completo”.

Ojo, tal vez aún no sea su tiempo. Pero repito: el proceso no está completo.

Como docente universitario de Coaching siempre hago hincapié en la importancia de las formaciones de calidad. Formaciones que equilibren la ciencia (fundamento teórico) con el arte (la maravillosa práctica de las conversaciones). No existe uno sin el otro.

Es como el SABER sin el SABER HACER.

Muchas veces los formadores vamos como equilibristas en los grupos dosificando la teoría y la práctica para que encaje de la mejor manera en ellos. ¿Y por qué digo que “encaje de la mejor manera”? Pues bien, cada alumno es un observador diferente con distintas necesidades y capacidades (podríamos hablar de inteligencias múltiples),  pero a la vez los espacios formativos  son mayoritariamente únicos. En fin, el desafío del formador es dar lo mejor para todos con los recursos con los que cuenta.

Ahora, también está en el egresado la decisión de qué hacer y de cómo aprehender lo que cree que le está faltando y también, por qué no, solicitarlo o buscarlo donde se lo puedan dar. Eso que lo ayudar a dar ese primer paso: esa acción.

Uso el ejemplo del Coaching como podría ser el de cualquier otra profesión (como abogado, contador, etc.).

¡No sabrás de lo que eres capaz de hacer hasta que lo hagas!

¡Gracias por leer!

Diego Marshall

Trainer Coach